fondo-transparente

¡¡Crecí sintiendo que los maestros deben saber de todo!! Que deben tener respuestas para todo y pues no creo que sea así en realidad.

Es precisamente esa necesidad de tener respuestas la que te lleva a invertir tiempo en algo. Y cuando encuentras la respuesta van a acontecer nuevas preguntas, para las cuáles vas a accionar de nuevo la búsqueda de respuestas.

¿Entonces? ¿Cuándo es cuando una buscadora de verdades está preparada para sentirse y presentarse como maestra? ¡¡Cuando es el día en el que ya puedes ser eso!!

Hemos vivido muchos años víctimas de la titulitis y de depender de otros para que nos digan cuando somos válidas o no para enseñar algo.

¿Y sabes qué? Que el aprender es una responsabilidad intrínseca del ser humano no una obligación de nadie de enseñarte nada y mucho menos decirte cuando estás preparado para enseñar o compartir algo.

Maestros somos todos, y cuando compartes desde tu verdad. Cuando te has pasado 10 años de tu vida buscando respuestas, te conviertes en dueña de tu propia maestría. Y es desde ahí donde yo me atrevo a poner mis maestrías.

Porqué todo lo que comparto lo hago desde mi propia experiencia, todas las respuestas y preguntas son producto de 10 años de autobservación y práctica así que sí, me considero una maestra de mi propia verdad.

Ahora solo te queda por ver si mi verdad te resuena, te late y te hace sentirte identificada.

Quizá entonces pueda ser tu maestra igual que tu lo vas a ser para mi.